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— En su currículum dice que le gusta delegar trabajos.
— ¿Eso ha puesto?
— Abra el cadáver.
— Pata de cábrer, jajajajaja.
— Céntrese o tendremos que ir buscando otro forense.
— Doctor, soy un hombre adulto, capaz de afrontar mi día a día con madurez.
— Muy bien. Ahora repítalo soltando el osito.
— ¿A Peluchín? ¿Por qué?
— Camarero, ¡un filete, empanado!
— ¿Empanado como adjetivo del filete, o como vocativo contra mi persona?
— Esto ya no es lo que era, ¡asco de universitarios en la hostelería!
— Dame veneno que quiero morir, ¡dame veneno!
— Disculpe caballero pero aquí no se puede cantar.
— Pero servir ese café asqueroso sí, ¿eh?
— Dígame Doctor.
— Señora, ¡padece usted una sífilis!
— ¡Qué adulador! Mi gimnasio me cuesta, no crea.
Un físico, un ingeniero y un matemático van en un tren por Escocia. Al observar por la ventana ven una oveja negra y el físico dice:
— Vaya, veo que las ovejas escocesas son negras.
El ingeniero responde:
— Bueno, querrás decir que algunas ovejas escocesas son negras.
Y el matemático contesta:
— No, todo lo que sabemos es que existe al menos una oveja en Escocia, y que por lo menos uno de sus lados es negro.
— Doctor, doctor, me sangra la nariz y no para ¿Qué puedo hacer?
— Con un poco de arroz, unas morcillas.
Cuando me toque morir quiero hacerlo como mi abuelo, durmiendo plácidamente. No entre gritos agónicos como los pasajeros de su autobús.
— ¿Qué ve aquí?
— Una mariposa.
— ¿Y aquí?
— Otra mariposa.
— ¿Y aquí?
— A usted desnudo con una manzana en la boca.
— Disculpe, esta se me ha colado.
— Lo siento señora, pero no hemos podido hacer nada por su marido.
— ¿Por qué doctor?
— Estaba drogado.
— Imposible, mi marido no se drogaba.
— Pero lamentablemente yo si.
— Shhhhh.
— Shhhhht.
— Shhhhh.
— Shhhhht.
— Shhhhh.
— Shhhhht.
(Discusión entre una cobra y una bibliotecaria.)
Tengo tres llamadas perdidas de mi oftalmólogo. El de ver me llama.
26
— ¡Policía! ¡Abra la puerta, sabemos que está ahí!
— ¿Qué quieren?
— Solo queremos hablar.
— ¿Cuántos son?
— Somos 7.
— ¡Pues entonces hablad entre vosotros!
Un ingeniero agrónomo recién licenciado vuelve a la granja de su padre, y se da una vuelta con el.
— Mira, papa, estas trabajando con unos métodos demasiado anticuados que hacen que tu producción sea demasiado baja. Por ejemplo, ¿a que no puedes conseguir siquiera diez kilos de manzanas de cada uno de esos árboles?
— Claro que no, hijo mío. Eso son naranjos.
— Lleva 2 horas en zona de carga y descarga.
— Mi novia me ha dicho que bajaba en 5 minutos, agente.
— Uf, ¿le traigo un café?
— Se lo agradecería.
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