Un hombre que trabaja en una empresa, coge el teléfono y llama a recepción para hablar con el becario, y le dice:
— ¡Brian, menea ese culo y súbeme un café con un par de tostadas! Rapidito, rapidito, muévete cretino, que se te acaba el tiempo.
Al otro lado del teléfono se oye una voz varonil que dice:
— ¡Idiota, te has equivocado de extensión! ¿Sabes con quién estás hablando? Soy el presidente de la empresa, imbécil.
El empleado todo alterado, le responde:
— ¿Y qué? Explotador del carajo, grandísimo hijo de tu madre. ¿Acaso sabes tú con quién estás hablando?
El presidente, sorprendido, responde:
—No.
El empleado le contesta suavemente:
— Menos mal... (Y cuelga)