Tras una horrorosa tormenta un barco naufraga y sólo se salvan un hombre y Claudia Schiffer, yendo a parar a una isla desierta. Con el paso del tiempo, solos y abandonados, acaban cogiéndose confianza y finalmente manteniendo relaciones. Como no tienen otra cosa que hacer, al final se tiran todo el tiempo haciendo el amor hasta que un día el hombre dice:
— Claudia, tengo que hablar contigo. Necesito pedirte tres deseos. ¿Crees que podras concedérmelos?
— No lo sé. Prueba a ver.
— Bien. El primero es que me gustaria llamarte Alberto. ¿Te importa?
— Pues..., pues, no. Este es fácil. ¿Qué más?
— Bien. El segundo es... ¿Te importaría sacar uno de los trajes de hombre que hay en ese viejo baúl que salvamos del naufragio y vestirte con él?
— Bueno, este es algo mas extraño, pero tampoco me importa. De acuerdo. ¿Cuál es el tercero?
— Pues el tercero es que quisiera hablar seriamente contigo paseando por la playa. ¿Vamos?
— De acuerdo.
En esto que están los dos paseando por la playa al atardecer, Claudia Schiffer vestida de hombre y haciendo como que se llama Alberto, cuando el hombre se detiene, se gira, pone una mano sobre el hombro de Claudia y le dice:
— Alberto, se que no vas a creerme, pero... ¡Llevo meses acostándome con Claudia Schiffer!