Este es un hombre que va en el tren, al que se le sientan al lado dos monjitas, de repente el tren para en una estación, y dice el hombre: "Como estamos en la estación de Cercedilla, tocadme la rodilla", a esto que las monjas se enfadan, y le reprochan lo que ha dicho, continua el tren, y al poco se para en otra estación, a lo que dice el hombre: "Como estamos en Villalba, tocadme la barba", con el consiguiente enfado de las monjas. Pero el tren continúa su marcha y al poco rato dice una de las monjas, "vamos hermana, cambiemos de vagón, que la siguiente es Torrelodones".