Había una vez un chino que vivía junto su un vecino llamado Curro, que tenía cinco perros rottweiler. Cada vez que el chino pasaba frente a su casa, Curro soltaba a sus perros y éstos corrían detrás del chino. Al día siguiente, el chino salió con su espada e intentó atacar a los perros, pero Curro los hizo volver chiflando.
Un día, harto de los perros, fue a la comisaría para hacer la denuncia. Ya en la comisaría, el chino dice:
— Señol policía, quielo hacel una denuncia.
— Sí, claro. Dígame.
— Los pelos de culo me molestan.
— ¿Qué?
— Sí señol. Me molestan los pelos de Culo.
— Bueno, entonces córtelos.
— Ya intenté, pero Culo chifla y los pelos se meten adentlo.