Van dos por la calle y le dice uno a otro:
— ¿Ves esas bragas que están ahí tendidas en esa casa? Pues son las bragas de mi madre.
— ¿Pero qué dices? Si tú vives a tres manzanas de aquí.
— Que sí, ¿qué te apuestas? Mira.
Se asoma una señora a la ventana a recoger la ropa y le dice:
— Señora, ¿de quién son esas bragas?
Y la señora le contesta:
— ¡De tu puñetera madre!
Y le dice al amigo:
— ¿Ves?