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— Hombre que de tiempo sin vernos, Juan.
— Mucho, Manolo.
— ¿Qué es de tus hijos?
— Estudiando fuera.
— ¿Cómo vas tus padres?
— Bien, con los achaques normales.
— ¿Y qué es de Pilar?
— Arrancarse los pelos uno a uno.
— ¿Qué ve aquí?
— Una mariposa.
— ¿Y aquí?
— Otra mariposa.
— ¿Y aquí?
— A usted desnudo con una manzana en la boca.
— Disculpe, esta se me ha colado.
Una mujer esta muy triste y preocupada porque su madre está muy grave internada en el hospital. Como está muy nerviosa le suplica a su marido que vaya a visitarla y que le diga cómo está. De manera que el marido se dirige al hospital y a la hora y media regresa. La esposa le pregunta:
— ¿Cómo está mi madre?
El marido muy serio y con voz grave le dice:
— Creo que en cualquier momento tu madre vuelve a vivir con nosotros.
— ¿Qué dices? –grita la mujer– ¿Mamá esta mejor? Se han escuchado mis ruegos, ¿la has podido ver en terapia intensiva? ¿Qué es lo que te ha dicho el médico?
— No , no la pude ver. Tiene prohibidas las visitas. Tampoco me han dado el parte médico, pero el médico de guardia me dijo: "amigo, prepárese para lo peor".
El médico al paciente:
— Bueno, pues le he hecho venir para decirle que su enfermedad, que tanto nos ha costado identificar, después de meses y meses, y cientos de análisis y pruebas, finalmente ya sabemos qué es: se trata del síndrome de Mac Nicholson.
— ¿Y es grave, doctor?
— Eso aún lo no sabemos, señor Mac Nicholson.
— Le queda muy bien la barba de dos días.
— ¡Anda y que te zurzan!
— ¡Que carácter señora!
— Míreme doctor y dígame ¿qué padezco?
— Padece uztez un ozito de peduche!
—Mamá, mamá, ¡qué buena está la paella!
—Pues repite, hijo, repite.
—Mamá, mamá, ¡qué buena está la paella!
— Hola, vengo a pedir la mano de su hija.
— De acuerdo, pero ¿está usted en condiciones de mantener una familia?
— Si señor, yo trabajo y sí que puedo.
— ¿Está seguro? ¡Mire que somos nueve!
— ¿Qué hace usted en el armario?
— Emmm, control de plagas, compruebo a ver si hay polillas.
— ¿ Desnudo?
— ¿Eh? ¡Ostras, qué rápido comen!
— Tuve una novia que me gritaba por todo en general y luego matizaba.
— Bueno, al menos te explicaba las cosas.
— No, no, matizaba con la sartén.