— Señor Díaz, es usted un empleado de toda mi confianza y quisiera explicarle que cada día el contable desaparece de la oficina durante dos horas y quisiera que le siguiera para averiguar qué hace durante ese tiempo.
Al día siguiente:
— Señor Olmedo, esto es lo que sucede: el contable se va al garaje, coge su coche, se va a su casa, tiene relaciones con su mujer, y vuelve al trabajo.
— ¿Así que se va a su casa con su mujer?
— ¿Me permite que le tutee?
— Hombre Señor Díaz, con los años de confianza que hay por medio, no faltaría más.
— El contable se va al garaje, coge tu coche, se va a tu casa, mantiene relaciones con tu mujer, y luego vuelve al trabajo.