Una niña campesina va por un camino tirando de una vaquilla, cuando pasa cerca del cura del pueblo y éste la saluda:
— Hola Juanita ¿dónde vas con esa vaquilla tan linda?
— La llevo para que la monte el toro.
El cura se ruboriza y le contesta:
— Hija mía, eso debería hacerlo tu padre.
Y la niña contesta:
— No, tiene que ser el toro.