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— Díselo con tacto Manolo, que te conozco.
— Que sí, tranquila. Ven hijo, ¿te acuerdas de aquel dibujo que hiciste el otro día de toda la familia?
— Sí papá.
— Pues tacha al perro.
En un baile de oficiales un joven capitán le dice a la esposa del general:
— ¿Me permite sacarla, señora?
— De acuerdo, pero antes bailemos un rato por lo menos.
— Hola amor, no te asustes, estoy en el hospital, me ha atropellado un coche y me tendrán que operar.
— ¿Y qué hago con la cena? ¿la tiro?
Este es un hombre que va al periódico a poner una esquela:
— Buenas, mi mujer ha muerto, y quisiera ponerle una esquela.
— Muy bien, díganos el texto que quería poner.
— María ha muerto.
— Bueno pero oiga, es que en este periódico tenemos costumbre de poner el texto mas largo, explicando el motivo de la muerte, o donde es el funeral.
— Yo quiero poner María ha muerto.
— Mire, si el problema es el coste podemos regalarle tres palabras para que pueda añadir algo más.
— Maria ha muerto, mmm, vendo Opel Kadett.
— Oye, he encontrado trabajo como profesor de ingles.
— ¿Trabajo estable?
— No, trabajo es job, table es mesa.
Una pareja se conoce en un bar copas, y ella le pregunta, vanidosa:
— ¿Qué edad crees que tengo?
— Por la mirada, 25 años, por la piel diría que son, 20 y por ese cuerpo, 18.
— ¡Madre mía! Tu sí que eres galante. Y ahora ¿qué vas a hacer?
— ¡La suma!
— Cariño, corre, enciende la luz. He oído un ruido.
— ¿Y crees que vas a ver el pedo?
— ¡Estoy perdiendo la paciencia!
— ¡Oye! ¡Sosiega!
— ¡Oye tú! ¡So mamón!
— Cariño, dime algo profundo.
— Un pozo.
— No tonto, en el otro sentido.
— ¿Un túnel?
— ¿Qué buscas, Quevedo?
— Nada, unos papeles que estaba escribiendo.
— ¿Sonetos?
— Sí, esos son ¡gracias!