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— He hablado con mi mujer y le he dicho que ella no es quién para juzgar a mis amigos, y que saldré con ellos cuando me dé la gana.
— Claro que si ¿y que te ha contestado?
— Que no murmure entre dientes, que no se me entiende nada.
— Manolo, ¿de dónde vienes?
— Del cementerio de enterrar a mi suegra.
— ¿Y cómo vienes tan triste?
— Es que me ha dicho el cura que en la otra vida nos volveremos a encontrar.
Esto es Patxi que va por la calle, cuando se encuentra a su amigo Aitor escayolado de pies a cabeza, y le dice:
— ¡Anda, Patxi! ¿Qué te a pasado, pues?
— Pues me pegué un tortazo con la moto.
— ¿Y como fue?
— Iba yo con la moto por carretera, a 150 km hora, cuando estaba entrando a un pueblo y vi un cartel en una pared de un edificio.
— ¿Y qué ponía?
— ¡Se traspasa!
— Señorita, ¿es suya esta perrita?
— Así es, caballero.
— Tiene cara de pillina. ¿La puedo acariciar?
— Vale, pero a mi perrita ni tocarla.
— ¿De donde ha salido esa tía? Que rara es.
— Es de Formentera.
— Solo tiene la cara un poco rara, como te pasas ¿no?
— Y cuando alguien no tiene dinero para pagar, aquí ¿que hacen?- Pues patada en el culo y a la calle.
El tío se pone en pompa y dice:
— ¡Pues cóbrese!
— Hola Jose, ¿qué tal te va?
— Hola, Alejandro, ¿ya conoces a mi encantadora mujer, verdad?
— ¡Ah!, ¿pero tienes dos?
— Ayer llamé a la Guardia Civil porque unos ladrones robaron en mi casa y se llevaron hasta los vasos.
— ¿Y los detuvo?
— Sí, sí, los de tubo y los de chupito.
— D'Artagnan, ¿sabes cómo se llama aquello cuando dos vocales se pronuncian en sílabas distintas?
— ¿Hiatos?
— Está con Porthos, ¿le pregunto a él?
— Bisturí.
— Que te vi.
— Pinzas.
— Birmanas.
— Gasas.
— De nada.
— Hilo.
— Musical.
— ¡Enfermera!
— ¿Sí?
— Despedida
— ¡De soltera!
— Sólo me quieres por mi cuerpo.
— Te equivocas.
— ¿También es por mi forma de ser?
— No, no, que no te quiero.
— Desde que ella se fue me siento fatal.
— ¿La echas de menos?
— No, es que se llevó todas las sillas.
Está un niño con su madre, y tocan a la puerta. Va el niño a abrir y cuando vuelve le dice a la madre:
— Mamá, hay dos extraterrestres en la puerta.
A lo que la madre contesta:
—Pero hijo, ¿como van a haber dos extraterrestres?
Y el hijo responde:
—Si mamá, dicen que son del Planeta de Agostini.