Tres párrocos explican cómo reparten el dinero de las limosnas:
— Yo marco una raya en el suelo y tiro el dinero al aire. Lo que caiga a la derecha de la raya es para Dios, lo que caiga a la izquierda para mi.
— Yo marco un círculo en suelo, lo que caiga dentro es para mí, el resto para Dios.
— Yo tiro el dinero al aire y que Dios agarre el que pueda, porque lo que caiga para abajo es mío.