Dos solteronas, tenían una farmacia heredada del padre.
Un día entra un hombre y pide un preservativo.
Una de las mujeres le ofrece primero la talla "estándar europeo", al ser hombre caucásico.
— No, lo veo pequeño, muy corto y estrecho - dice el hombre.
La farmacéutica le ofrece entonces la talla "estándar árabe".
— No, creo que todavía es pequeño, un poco corto.
Sorprendida le ofrece la última talla de la que dispone "estándar africano".
— No, discúlpeme, sigue siendo pequeño.
Entonces la mujer le grita a su hermana, que estaba en la trastienda:-
— Hermenegilda, tengo un cliente que necesita un preservativo y asegura que el estándar africano le queda pequeño, ¿qué le podemos ofrecer?
Y Hermenegilda responde:
— ¡Casa, comida y la mitad de la farmacia!