En el tren que cubre la ruta Madrid - Sevilla a la hora de viaje se oye por megafonía:
—Señores viajeros, por problemas en la estación de Córdoba, este tren no efectuará su habitual parada en dicha estación, rogamos disculpen las molestias.
En eso que en el tren viajaba un enano que al oír la megafonía se pone a llorar desconsoladamente.
Junto al enano estaba sentado un legionario y le pregunta:
— ¿Qué te ocurre? ¿Por que lloras?
— Voy a asistir al entierro de mi padre, y tengo que bajarme en la estación de Córdoba, si no no llegaré a tiempo.
— Tu tranquilo, que por mi madre y por la legión, tu te apeas en Córdoba, mira, yo te cogeré por los hombros, te saco por la ventanilla, tu empiezas a mover las piernas como si fueras a correr y así no te pasará nada.
A la que el tren llega a Córdoba el legionario coge al enano por los hombros, lo saca por la ventanilla, el enano empieza a patalear y lo suelta.
A la media hora el legionario se dirige al coche cafetería y cuál es su sorpresa que ve al enano llorando en la barra y le pregunta:
— ¿Pero que haces aquí? ¿No te he soltado en Córdoba?
Y el enano entre sollozos le dice:
— Si, me soltaste en Córdoba, pero 2 coches mas atrás había otro legionario mirando por la ventanilla y al verme correr dijo:
— ¡Por mi madre y por la legión que tu no pierdes el tren macho!